Los trabajadores de la Unidad 4-3 del hospital JRJ de Huelva queremos denunciar públicamente el último episodio de menosprecio, tanto a los usuarios como a los profesionales sanitarios de este centro, por parte de quienes gestionan el mismo.
En poco más de quince días nuestra unidad, que desde hace años atiende a pacientes de Infecciosos y Medicina Interna, pasará a llevar únicamente la especialidad de Medicina Interna, trasladándose de nuestra actual ubicación en el 4-3 a la unidad 3-3. De igual forma, se van a realizar cambios en varias unidades, una de las cuales también modificará sus actuales especialidades, mientras que dos se verán trasladadas a otras plantas del hospital, en lo que pudiera parecer una serie de cambios internos que sólo buscan mejorar la eficacia de la atención a los pacientes.
Sin embargo, estamos convencidos de que estos traslados, que a priori no parecen ser un problema importante, constituyen otro episodio de la habitual estrategia de cierre de plantas en verano, estrategia que sólo persigue, con criterios economicistas, realizar el menor número de contratos posible para cubrir las vacaciones del personal sanitario.
Y es que, efectivamente, este trasiego de unidades va a venir acompañado del cierre de nuestra planta y de otra más (según hemos podido averiguar), durante dos meses y medio. Así, lo que puede parecer un movimiento interno del hospital que no debiera afectar a los usuarios, va a suponer la desaparición de un número importante y muy necesario de camas, lo que nos va a dificultar de manera muy significativa la atención a nuestros pacientes, tarea que ya es muy complicada en un centro que está al límite de su capacidad y que se queda sin camas prácticamente a diario.
Porque si ya durante el resto del año tenemos serias dificultades a la hora de ingresar a los enfermos por la falta de camas, problema que ya se ha hecho crónico, no es difícil imaginar lo que va a suponer el cierre de una o dos unidades de hospitalización durante el periodo estival, cuando la población de la provincia aumenta por las personas que llegan a nuestras playas. Tememos que se avecina un verano caótico, en el que aumentarán más aún las esperas de quienes están en Urgencias y necesitan ingresar en planta, se agolparán pacientes de varias especialidades en unidades que no siempre están preparadas para ello, volveremos a ver habitaciones dobladas y, en definitiva, serán los usuarios los que sufran una gestión que sólo mira por el ahorro económico y no por proporcionar la atención de calidad que merecen. Por nuestra parte, los profesionales saldremos a cubrir las vacaciones de nuestros compañeros, en plantas cuya dinámica a menudo es muy distinta de la nuestra y en especialidades que no dominamos, algo que también supone una dificultad añadida en nuestro ya complejo trabajo diario.
Asimismo, queremos señalar que todos estos cambios, que afectan a nuestra actividad profesional y a nuestra vida personal de manera importante, se han hecho a nuestras espaldas, evidentemente sin consultarnos y, lo que es peor, con un halo de secretismo que nos resultaría hasta ridículo, si no fuera porque es una prueba más de que nuestros gestores nos ningunean con toda desfachatez y el “ordeno y mando” es la tónica habitual en el JRJ. Resulta indignante que nos hayamos enterado de esta situación por los típicos rumores que se oyen en todo lugar de trabajo y no hayamos sido informados por nuestros superiores. No sólo no es justo que no tengan en cuenta nuestra opinión en este tipo de decisiones, sino que además tenemos que soportar que pretendan guardar el secreto para evitar protestas y hayan intentado que nos enteremos lo más tarde posible.
Estamos sin duda ante otro capítulo más, de los muchos que llevamos acumulados, del continuo desprecio que sufren tanto el personal como los usuarios del JRJ. Estamos cansados de la nefasta gestión, de denunciar las dificultades que soportamos a diario y de pedir medios materiales y humanos para poder llevar a cabo nuestra profesión con dignidad y proporcionar a nuestros enfermos los cuidados de calidad que necesitan, todo ello sin obtener respuesta alguna.
Vaya desde aquí nuestra enérgica protesta por esta situación.
