La medida ha fracasado en otros países de nuestro entorno y provocará importantes perjuicios para la salud de los consumidores por el aumento de contrabando de tabaco sin reducir el número de fumadores
Las prohibiciones sobre los nuevos productos son desproporcionadas e ignoran el verdadero problema: su venta libre sin control de menores
Miguel A. Ruiz, Presidente de la Asociación Española de Consumidores ha
trasladado al Ministerio de Sanidad una serie de consideraciones y
aportaciones sobre el Proyecto de Real Decreto presentado para consulta
pública por el que se prevé regular diversos aspectos relativos a la fabricación,
presentación y comercialización de los productos del tabaco y los productos
relacionados.
En este sentido, la Asociación Española de Consumidores se opone
frontalmente a la regulación del denominado comúnmente “empaquetado
genérico” al resultar una medida no sólo ineficaz sino incluso perjudicial al
cambiar el aspecto actual del empaquetado ya conocido amplia y generalmente
en cuanto a los efectos perjudiciales del tabaco.
Así, establecer un empaquetado genérico o neutro conlleva desinformación y
confusión en el consumidor en cuanto al producto que está consumiendo y en
particular en cuanto a su origen, calidad y seguridad que las marcas aportan.
Además, nuestra organización de consumidores ha realizado desde su
creación una clara defensa de la marca para evitar mercados ilícitos y
falsificaciones de productos. En el caso del tabaco, estamos hablando de no
una medida pionera en nuestro entorno sino que ha tenido experiencias previas
decepcionantes en países con hábitos de consumo y legislación similar a la
española.
Así, ha sido reconocido por las propias carteras de sanidad de países como
Francia, Irlanda, Bélgica o Australia que, tras la implantación de etiquetado
genérico, al haberse propiciado la venta ilegal de falsificaciones de estos
productos.
No hay que ser muy precavido a la hora de indicar que toda simplificación, toda
eliminación de cuestiones relacionadas con la diferenciación de la marca oficial
conlleva a su vez una facilidad para los falsificadores de productos.
Esto conlleva a su vez un mayor problema para la salud y seguridad en tanto
que los consumidores en muchos casos podrían estar consumiendo productos
ilegales y carentes de ningún control con una composición nada contrastada e
incluso infinitamente más perjudicial que lo que se produce con el consumo de
productos oficiales.
También entendemos que con esta medida no se produciría una reducción del
número de fumadores, sino todo lo contrario, la simplificación conlleva no tener
en cuenta lo bien trabajado durante muchos años para fomentar el hábito
saludable de dejar de fumar. El consumidor sabe que el consumo de tabaco es
perjudicial y una cajetilla en blanco no va a disuadirlo de su consumo sino todo
lo contrario.
En consecuencia, desde la Asociación Española de Consumidores pedimos
que se siga haciendo el uso de marcas que, en el caso del tabaco, que está ya
sujeto a un estricto marco regulatorio, se siga garantizando que la información
sea lo más clara posible sobre riesgos para la salud, la restricción de
estrategias de marketing para proteger a los menores en cuanto al consumo de
tabaco y la promoción de campañas de sensibilización e información de la
población, especialmente entre los jóvenes.
El proyecto de real decreto también incluye la prohibición de sabores y aromas
de los nuevos productos. Esta prohibición nos parece una medida
desproporcionada y que podría conllevar desde nuestro punto de vista la vuelta
al tabaco tradicional por parte de esos consumidores de esos nuevos productos
que conllevan una disminución importantísima de los efectos perjudiciales para
la salud comparado con el tabaco tradicional.
Es decir, sabemos que son productos que siguen siendo perjudiciales pero en
un 95% menos según algunos estudios publicados y autoridades sanitarias
como las del Reino Unido. En esto ayuda el sabor o el aroma y su eliminación
conllevaría la vuelta al cigarrillo tradicional.
Desde nuestro punto de vista, no aparece en el texto la necesaria regulación,
inspección y sanción para estos productos vendidos a menores de edad y
comercializados por canales no oficinales. En consecuencia, la Asociación
Española de Consumidores considera necesario abordar en el texto legislativo
que se presenta, más que penalizar los canales legales, reforzar la lucha contra
la venta ilegal de tabaco en España y la comercialización irregular a menores
de edad que en diversas ocasiones nos han trasladado los consumidores.
También, en el texto planteado al Ministerio, consideramos esencial
incrementar las campañas informativas sobre los perjuicios para la salud del
consumo de tabaco que es lo que ha ocasionado que muchos ciudadanos
dejen de fumar o que, en un paso intermedio, se pasen a otros productos
muchísimos menos perjudiciales como es el cigarrillo electrónico o el tabaco
calentado mediante dispositivos electrónicos. En el tabaco calentado, no hay
combustión del tabaco y, por tanto, lo que se reduce es la producción de
alquitrán y monóxido de carbono y la emisión de sustancias tóxicas comparado
con los cigarrillos tradicionales.
Finalmente, al margen de las consideraciones de salud, también entendemos
que hay un componente económico detrás de regular en el sentido que el texto
plantea. A mayor venta de tabaco ilegal, mayor menoscabo para la Hacienda
pública, es decir, el estado dejaría de ingresar una importante fuente de
impuestos derivados del consumo de tabaco y también esto produciría una
importante incidencia en el empleo, tanto a nivel de autónomos que se dedican
a la venta de tabaco en estancos como a nivel de contratación laboral por los
empleados que se verían perjudicados.
Desde la Asociación Española de Consumidores esperamos que estas
alegaciones sean tenidas en cuenta buscando precisamente el mismo
propósito que el Ministerio que no es otro que el de salvaguardar la salud de
los consumidores españoles, tema que con la regulación planteada vendría a
empeorarse considerablemente.

