Podemos Huelva considera necesario que toda nuestra provincia apoye y se manifieste a favor de las demandas de los pueblos mineros, expresadas en la concentración del pasado domingo en Valdelamusa. La concentración, convocada por Aldeas Unidas, culminó con la lectura de un manifiesto leído por un vecino y una vecina de la comarca.
En el manifiesto se hacía un recorrido histórico por la realidad minera de todo este territorio. Desde la época de los fenicios, que ya explotaron estas minas hace más de tres mil años, hasta la reapertura de las minas por empresas británicas hace ciento cuarenta años. Como resultado de esta actividad nacieron pueblos enteros, como Valdelamusa o Cueva de la Mora. El abandono de la ocupación minera sumió a estas localidades en el abandono y el olvido.

Hace dos décadas, el anuncio de que algunas de estas minas retornaría a la actividad se vivió con esperanza e ilusión por parte de una comarca deprimida y con escasas perspectivas de reactivación económica. La población consideró que se abría la posibilidad de reparar una injusticia social y económica, que se prolongaba ya por varias décadas. Sin embargo, la decepción no ha podido ser mayor al darse a conocer que el proyecto que la empresa MATSA ha urdido con la Junta de Andalucía (valiéndose, al parecer, de familiares situados en puestos clave de la administración) consiste en la instalación de una enorme balsa de residuos tóxicos en un paraje que hoy ocupa un hermoso pinar que rodea un lago. Un paraje enclavado a solo un hectómetro del núcleo urbano de Valdelamusa. Una balsa que, con una altura equivalente a un piso de 12 plantas, abarcaría un inmenso terreno para albergar un descomunal contenedor de productos estériles de minería, con elevados contenidos de cianuro, plomo, arsénico y aluminio. Elementos contaminantes de suelo, aire y agua con ciclos de permanencia que se extenderían a los largo de milenios. Una instalación que constituiría una permanente amenaza para toda nuestra provincia, ante el riesgo de rotura (está cercano en el recuerdo el desastre de Aznalcóllar). La balsa afectaría de modo irreversible a emplazamientos naturales de altísimo valor ecológico y fuente de imprescindibles recursos naturales: el barranco y el pantano del Tamujoso (principal abastecimiento de agua del Cerro del Andévalo). Por otra parte, se trata de una instalación con una vida útil de quince años, que será abandonada a su suerte pasado este tiempo.
En su alocución, el vecino y la vecina defendieron la actividad minera como ocupación y recurso fundamental de esta zona de nuestra provincia, pero requieren que la balsa de residuos se emplace en algún sitio que no afecte a población ni a los cauces naturales de agua. La empresa MATSA está optando por acogerse a una solución barata, que no tiene en cuenta los criterios de salud pública y conservación medioambiental. Como señala Podemos Huelva en su comunicado, «nos hallamos ante la encrucijada de dotar a nuestras vecinas de la zona minera de una alternativa de desarrollo sostenible, o, como ya ha ocurrido en la historia, condenarlas a lidiar con la contaminación y la destrucción de su entorno. Los criterios de rentabilidad económica para el sector privado, no pueden ser (en consideración de Podemos Huelva), los que dirijan el futuro de nuestros pueblos».


